El público dominicano colmó la Sala Aída Bonnelly de Díaz, del Teatro Nacional, para recibir al escritor argentino Jorge Bucay, quien tuvo a su cargo la conferencia magistral "La felicidad posible".
Desde el inicio
del encuentro, Bucay mostró que este no sería como cualquier otro. Mientras
León Félix Batista, Director de la Editora Nacional, leía su reseña biográfica,
el conferencista se puso de pie, le arrancó la hoja de las manos y la rompió,
al momento que saludó al público: "Hola, soy Jorge Bucay, todo lo demás lo
encuentran en Google. Ese currículum es una capa, igual que la ropa
que usan, el apellido que tienen, cada uno de los cargos que ocupan, la profesión
que ejercen. Cada uno de ustedes, como yo mismo, son mucho más que esas capas,
y la felicidad de la que vamos a hablar hoy tiene que ver con lo que somos
realmente, sin ningún disfraz".
A través de
jocosas anécdotas de vida y algunos de sus cuentos más conocidos, Bucay expuso
la premisa de que existe una felicidad posible, la cual se aleja de la
definición que tenemos aprendida de lo que es ser feliz.
"La
felicidad de la que hablo no es la felicidad de estar contento, es la que tiene
que ver con las cosas que te pasan, con esa sensación de serenidad que se tiene
cuando uno sabe por convicción que no está perdido, porque la sensación de
infelicidad es la sensación de inquietud, de no saber a dónde voy, no saber
cuál es mi camino, y nadie puede decidirlo por mí", dijo Bucay.
Agregó que
"para mí la felicidad no es un derecho, es una obligación; estamos
obligados a hacer todo lo que esté en nuestras manos para ser felices. Es un
pago relativamente barato para el privilegio de estar vivos, porque realmente
es un privilegio estar vivos, y el pago por estarlo es hacer todo lo que se
pueda para ser feliz".
A continuación,
habló de la necesidad de vivir un "sano egoísmo", el que presupone
que, además de pensar en el otro, debemos pensar en nosotros mismos, lo cual
nos obliga a vivir una verdadera libertad interior, que no depende de los
demás, y vive el verdadero amor, que no es otra cosa
que "sentir alegría por la sola existencia de
alguien; quiero decir, ni manipulo, ni exijo, ni demando, te amo por lo que
eres y no por lo que me das, porque existes y no porque existes para mí; esta
dimensión del amor es la que permite que el hombre pueda ser libre".
Luego se
refirió a su experiencia como padre, y la necesidad de formar a los hijos, de
educar, no desde las imposiciones o los retos, más bien, desde la propia
vivencia, "nuestros hijos no leen porque les digamos que lean, sino porque
nos ven leer", dijo el expositor.
Al finalizar la
conferencia, consultamos al escritor sobre su percepción de la Feria del Libro,
y señaló que "yo conocía República Dominicana de paso, de turista, pero
venir aquí, como invitado a esta feria, que cada vez tiene más prestigio en
nuestra América tan querida, es de verdad un halago. Para mí los libros son mis
mejores amigos y las ferias son siempre el cumpleaños de un amigo, estoy muy
contento que esta vez, el cumpleaños de mi amigo sea aquí, en este país".
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